Todo lo sucedido ayer es muy grande, por como se consiguió, por lo que significaba, por el gol de Messi con el corazón y con el escudo, por la emotividad del momento, por ver al Guardiola más terrenal dar riensa suelta a tanta emoción y tanta tensión acumulada. Ver a Pep soltar esas lágrimas y ver como los jugadores se acercaban a él para abrazarle, es un momento, como dijo el gran maestro, de gallina de piel.Lo que ha hecho el Barça es tan grande que todavía no nos damos cuenta de la importancia de este hito sin precedentes, porque todo lo miramos en perspectiva inmediata, pero si os alejais un poco y mirais la situación con un poco de perspectiva, año y medio atrás paroximadamente, veriais un club incendiado, un presidente salvando una moción de censura por los pelos y un equipo roto, comandado por un holandes sin alma, un brasileño que haía decidido que ya había hecho suficiente en esto del futbol.
Pues bien ahora tras un año y medio de Pep en los banquillos, este equipo ya es una leyenda, un mito, uno de esos que se recitarán cuando se recuerden los mejores de la historia, el Milan de Sacchi, el bayern de Beckembauer, el Ajax de Cruyff y Barça de Guardiola, de Messi y de Xavi y de Iniesta y de Puyol y de Valdés y de Pedro. Porque si de algo puede presumir este Barça es de equipo, la fuerza del colectivo que siempre prima por delante de las individualidades y mientras Guardiola siga asi será.
