POR FIN

24 años después la selección española consiguió pasar la fatídica ronda de los cuartos de final. Esta vez toda la mala suerte histórica que ha acompañado a España durante eurocopas y mundiales desapareció ayer sobre las 11:15 en una tanda de penaltis no apta para cardíacos.
Lo mereció España porque fue quien más lo quiso y quien más lo intentó, aunque a veces el juego de toque de la selección chocara contra el muro italiano.
El partido transcurrió tal y como se suponía, es decir, la posesión de balón para España mientras que Italia se mantenía agazapada atrás y buscando a Luca Toni que como en el resto de partidos era la referencia italiana en ataque, pero claro no es lo mismo que los balones los lance Pirlo que Ambrossini o De Rossi, a parte destacar la labor de Marchena y Puyol manteniendo a ralla al gigantón del Bayern de Munich.
Partidazo también de Senna, como viene siendo habitual por cierto y de Silva que hizo mucho daño a la defensa italiana jugando entre línea.
No me gustaron los cambios de Xavi e Iniesta al mismo tiempo, creo que fue excesivo gastar dos balas a la vez teniendo en cuenta que aún quedaba mucha batalla por delante y España perdió durante unos instantes el dominio del juego, momento que casi aprovecha Camoranesi para marcar en un disparo que sacó con la pierna Iker Casillas, como anticipo a lo que iba a ser la tanda de penaltis.
La prórroga transcurrió por los mismos derroteros, España buscando la pelota e Italia soltando algún zarpazo. Así fueron pasando los minutos y después de una ocasión muy clara de Cazorla, que no vio como entraba Villa al remate se llegó a los penalties.
Allí apareció San Iker, el que se aparece en el Bernabeu para obrar sus conocidos milagros y paró dos penaltis decisivos que rompían la maldición de los cuartos de final.
Ahora toca Rusia, que nadie se conforme con llegar a semis, esta ocasión es demasiado buena como para echarla a perder. ¿Alguien se acuerda de los semifinalistas de la anterior eurocopa?, yo no.