jueves, 12 de noviembre de 2009

ESTE CUENTO SE ACABÓ

Empezar la temporada con el triplete como listón, es el camino más rápido hacia la desilusión.
Es muy bonito vender humo delante de una afición sedienta de titulos, durante el verano, mientras la pelotita no está rodando. Pero todas estas las palabras pueden volverse en contra de quien las pronuncia a las primeras de cambio, si las cosas no funcionan como quisiera.
Para ganar triplete hace falta muchas más cosas que grandes jugadores de futbol. Para ganar un triplete hace falta más que esto. Hacen falta grandes dosis de compromiso, de todos los integrantes de la plantilla, gente que demuestre entreno tras entreno y partido tras partido que va a dejarse la piel y que su lealtad al técnico está por encima de todo.
Hace falta un entrenador que conozca al club, su idiosincrasia, sus entresijos y que sepa batallar con la prensa descargando de toda presión a los jugadores y que jamás los deje en evidencia o les ponga a los pies de los caballos.
Es necesaria la suerte para que aquellos factores que no controlas no se vulevan en tu contra, para no sufrir lesiones graves en jugadores claves, llegar bien fisicamente a los partidos trascendentales y para meter aquel gol en el último minuto que te deja a las puertas de la gloria.
Y sobre todo y por encima de todo, hace falta mucha humildad y no creerse jamás ser el mejor a pesar de serlo y con mucha diferencia

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